sábado, 3 de marzo de 2012

Denuncian feroz golpiza a mujer en barrio Belgrano

La VACAP informó que un policía vestido de civil, junto a otro hombre, desalojaron por la fuerza y sin orden judicial a una joven pareja y a sus cuatro hijos menores. Una vecina del sector fue testigo del violento episodio y lo cuenta en una carta

La comisión de Vecinos Autoconvocados Contra los Abusos Policiales (VACAP) dio cuenta ayer de un violento desalojo realizado de manera ilegal por un funcionario de la Policía local, quien junto a otro individuo irrumpieron en un inmueble en barrio Belgrano de Villa María.
El hecho se produjo pasado el mediodía del domingo en la vivienda ubicada en calle Chile al 1500, que había sido usurpada por una familia de escasos recursos, integrada por una joven pareja y sus cuatro hijos, todos menores de edad.
De acuerdo con la gravísima denuncia formulada por la comisión y por una vecina del sector, testigo presencial del incidente, el policía que encabezó la maniobra de desalojo es el sargento Hernán Darío Giusiano, quien cumple funciones en la Unidad Departamental General San Martín, con asiento en esta ciudad.
A continuación se transcribe el comunicado emitido por VACAP:
"La señora que estaba en la casa de Chile 1565 se llama Natalia Romina Blanco (21), tiene cuatro hijos menores de 7 años, es ama de casa y cobra una jubilación, y su concubino, Bruno Mansilla, es trabajador de la construcción.
Siendo las 12.30 irrumpieron en el domicilio el policía Hernán Giusiano (vestido de civil y vecino de los mismos) junto a un amigo, y violentaron brutalmente a golpes a Natalia y a Bruno, observando y percibiendo la violencia los niñitos.
Giusiano llegó al domicilio con la excusa de sacar unos muebles que le pertenecían, y una vez adentro golpeó a la pareja. Incluso recibieron amenazas del policía, de que matarían a los niños si no sacaban sus pertenencias de la casa.
La mujer violentada gritó pidiendo ayuda a los vecinos. Los vecinos, alarmados, se fueron juntando frente al domicilio y llamaron a la Policía y a una ambulancia, pero al llegar dichos móviles, Giusiano los atendió y los hizo volver, siendo disuadidos y no dejándolos cumplir con su cometido.
Los vecinos escucharon las amenazas y observaron desde la calle, porque lo sucedido ocurría dentro de la casa, detrás del portón de rejas, lo que les impidió evitar que la violencia policial continuara.
A la amenaza y a la violencia física se agregó la sustracción del teléfono celular perteneciente a Bruno por parte de Giusiano, quien lideraba el procedimiento ilegal.
Bruno fue golpeado de tal forma que no puede escuchar de un oído, y su mujer está tan golpeada que tiene los labios partidos y muchos golpes en el estómago, y de un golpe asentado por Giusiano se desmayó y luego le colocaron una inyección.
Un móvil del CAP se llevó a la mujer presa y luego, en otro patrullero, a los niños. A Bruno le dijeron policías que fuera a buscar los niños a la Policía; allí había una asistente social de la Municipalidad y una asistente de la jueza.
La joven mujer fue detenida por una supuesta "resistencia a la autoridad" y todo el procedimiento se realizó sin ninguna orden judicial, sin identificación ni credencial que los verificara como policías.
Finalmente, exigimos la urgente liberación de Natalia Blanco y su inmediata atención médica, y que la Justicia tome cartas en el asunto."
Derna Montero (DNI
12672531), Jorge Bonano (DNI
11416191), Silvia Massa (DNI
12883240), Mónica Sonzini (DNI
13726345), Gabriela Naselli (DNI
18382142), Misael Ogas (DNI
35670999) e Iván Billalba (DNI
29995753)
EL TESTIMONIO DE UNA VECINA
Mediodía, un día que parecía que iba a ser tranquilo, con una lluvia finita. De repente se comenzaron a sentir gritos. Sin saber que tenía una vecina que había usurpado una vivienda.
Fui testigo de la más brutal golpiza, a pesar de que mi primera impresión fue creer que el policía Giusiano estaba defendiendo a la mujer, que gritaba desesperada, de un ataque de otro hombre.
Sin embargo, los hechos eran diferentes. Ambos la estaban golpeando brutalmente. Mientras el otro la sostenía, Giusiano le pegaba en el estómago, hasta que la tiraron al suelo. En esa posición, Giusiano le puso la rodilla sobre la espalda y el otro, que no sé quien era, la golpeaba.
En ese estado de conmoción por los golpes recibidos, la mujer pedía a gritos la presencia de un móvil del CAP. Se lo llamó, pero los efectivos no defendieron a la mujer del atropello de estos dos hombres, sino que el policía Giusiano, vestido de civil y mientras la seguía golpeando, daba las órdenes a los policías que habían llegado, supuestamente para poner orden y averiguar el por qué de esta acción desmedida.
Este acto de barbarie de funcionarios públicos se realizó sin orden de desalojo, sin la presencia de un fiscal, sin el cuidado psicológico de sus cuatro niños (menores de 7 años), ya que la golpeaban delante de estos pequeños.
Y siguió el teatro: llegaron otros vehículos del CAP, pero la que terminó esposada y detenida fue la pobre mujer. A fuerza de amenazas lograron callarla. Vino una ambulancia, pero la despacharon. Se llevaron en otro móvil policial a los cuatro chiquitos, que lloraban a gritos. Conseguí un solo medio para que tomara estas declaraciones, pero llegó cuando todo estaba terminado.
Después, Giusiano, junto a su amigo, comenzaron a sacar cosas de la casa usurpada y las llevaron a la casa de este policía, quien vive casa de por medio. Muchos vecinos de la cuadra sacaron fotos.
Otro caso de violencia policial, sin la intervención de la Justicia. La fuerza policial, de manera impune y a los golpes, desalojaron a la mujer.
Es así como nos tiene acostumbrados la Policía de Villa María.
Eva
Docente

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